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....Y vió que el hombre de la llanura era, ante la vida, indómito y sufridor, indolente e infatigable; en la lucha, impulsivo y astuto; ante el superior, indisciplinado y leal; con el amigo, receloso y abnegado; con la mujer voluptuoso y áspero; consigo mismo, sensual y sobrio. en sus conversaciones, malicioso e ingenuo, incrédulo y supersticioso; en todo caso alegre y melancólico, positivista y fantaseador. Humilde a pié y soberbio a caballo. Todo a la vez y sin estorbarse, como están los defectos y virtudes en las almas nuevas" Don Rómulo Gallegos

8 de octubre de 2011

Los Hijos de Guárico: José Francisco Torrealba- "El Sabio Torrealba"

Mucho hay para escribir sobre este insigne médico guariqueño que dedicó su vida a estudiar las enfermedades de su pueblo para llevar a sus lares el alivio y la cura. Hombre altruista, de una humildad y sencillez fuera de serie, el “Sabio Torrealba”, fue un personaje ejemplar, que sigue siendo recordado por su excelencia profesional, sus invalorables aportes científicos en la investigación de las enfermedades tropicales y su famosa humildad que ha recorrido el país en forma de simpáticas anécdotas sobre su vida.
Abunda información sobre “El sabio Torrealba” en la web y es que su extraordinaria labor como médico e investigador lo amerita.
Nos apoyaremos para hacer esta reseña en tres fuentes: un artículo de Carmen Emperatriz Sierra Viloria, denominado Galeno Summa Cum Laude, publicado en el Blog San Juan de los Morros, testimonios de sus hijos recogidos de varias fuentes y algo del libro del Dr Edgardo Malaspina, denominado precisamente EL SABIO TORREALBA:

Nacido en el hato San Roque en la jurisdicción de Santa María de Ipire, el día 16 de Junio de 1896, en una familia de condición muy humilde, realizó sus estudios en escuelas de su entorno con mucho sacrificio. Posteriormente Estudió Medicina en la U.C.V. obteniendo el título de Doctor en Ciencias Medicas en el año 1922 con calificaciones extraordinarias que le merecieron un título como Summa Cum Laude. Posteriormente se avecindó en Zaraza a ejercer su profesión, “y en su laboratorio clínico instalado en su casa del barrio "La Loma", armado de un microscopio binocular se dedicó a estudiar la sangre de cachicamos, armadillos, osos meleros, palmeros, monos y otros animales, con el fin de buscar el reservorio del morbo mortal de la época.”

Léía y hablaba varios idiomas: francés, alemán, portugués e italiano, los cuales aprendió en forma autodidacta. Fue constante lector de los clásicos griegos y romanos, de filosofía, y literatura en general. Nos dice el Dr Edgardo Malaspina en su libro El Sabio Torrealba: “fue un médico filósofo no sólo por su modo de pensar ante el paciente y su tragedia, su estilo peculiar como científico y humanista, su sensibilidad social y su actitud general ante la vida; sino también por sus conocimientos enciclopédicos. Leía a Rousseau, Pascal, Montesquieu, Tomás Moró, Nietzsche,Ingenieros, Unamuno, etc., pensando tal vez como Letamendi, quien dijo que el médico que sólo sabe de medicina ni de medicina sabe”.

Se desempeñó entre 1924 y 1927 como Director del " Asilo de Enajenados" de Caracas, en pro de las mejoras de la asistencia de los pacientes con problemas psiquiátricos y diagnósticos precisos en el área. Esta labor hizo que fuera considerado Pionero de la Psiquiatría en Venezuela..

Su espíritu altruísta y su sensibilidad hacia la miseria en que vivían los pueblos, lo llevaron a profundizar sus estudios sobre las enfermedades más comunes que diezmaban la población en el tiempo que le tocó ejercer la medicina.

“En una época de contrastes entre la dictadura de Juan Vicente Gómez y el desarrollo de la actividad petrolera, el Dr. José Francisco. Torrealba formó parte de un grupo de eminentes científicos venezolanos como Enrique Tejera, Arnoldo Gabaldón, Pablo Anduze, Felix Pifano y Miguel Suárez, quienes tomaron la salud como meta, la humildad como condición y la sabiduría como arma”.


Estudió con dedicación las enfermedades tropicales más frecuentes en la zona: Paludismo, Chagas, Bilharziosis, Parasitosis Intestinal, Elefantiasis y Leishmaniasis. Pero le dedicó especial atención a la enfermedad de Chagas, comprobando un elevado número de casos con dicha patología, en personas que residían en las casas de bahareque y techos de palma, por lo que insistió constantemente ante las autoridades, de eliminar este tipo de vivienda para mejorar la calidad de vida del individuo.

El sabio Torrealba nunca perdió su humildad ni la sensibilidad hacia la gente de los pueblos llaneros. Nacido en un hogar muy pobre, él mismo vivió en las condiciones de insalubridad que posteriormente combatíó con las armas de que disponía. “Se distinguió Torrealba por ser un médico de la gente de chozas”

“Sostuvo que las enfermedades del campesino venezolano no representan entidades patológicas de ocurrencia ocasional, sino complejos problemas de salud, unos desconocidos por nuestro mundo médico, los más ignorados voluntaria o involuntariamente por las autoridades sanitarias. Entonces Venezuela era un país insalubre, con un millón de casos de paludismo. Los campesinos no recibían ninguna atención médica, “y como yo era campesino, no podía negarme a los míos. Conté con la colaboración de un antiguo discípulo y condiscípulo, Guillermo Pérez Gil, quien me instalo un pequeño laboratorio en Zaraza.”

Con el Dr Arnoldo Gabaldón
Joven y animoso se mezclaba entre sus gentes, compartiendo sus problemas, dudas, necesidades y preocupaciones. Cumplió roles de educador, consejero y amigo del pueblo. Sus consultas eran gratuitas para los más pobres y sostenía que afortunadamente también atendía gente que podía pagar sus servicios, permitiendo esto un equilibrio con respecto a los que no pagaban. Cuenta el abuelo que no le gustaba recibir dinero, cuando iban a pagarle decía “déjelo ahí”, señalando un sitio donde colocarlo. Fue observador “del alto índice de mortalidad ocasionada por cardiopatías y ello lo induce a pensar que además de paludismo y anquilostomiasis debe haber otra endemia responsable de esas miocarditis. Por su manera de ser campesino, de compenetrarse profundamente con el medio rural, de no menospreciar la inteligencia intuitiva de quienes le rodeaban, tomó muy seriamente la afirmación que le hicieron en el sentido de que los Chupones, Pitos o Chine-Montes, les producían anemia y cansancio, los debilitaban para trabajar. Es decir, que en cada choza había una fuente de contagio, un criadero de enfermedades.”

Su primera publicación en Gaceta Médica de Caracas aparece en 1932 sobre parasitosis intestinales en Zaraza, y otras poblaciones de Guárico y Anzoátegui. En 1933 publicó sus estudios sobre Rhodnius Prolixus y Tripanosomiasis en el Distrito Zaraza.

En 1934 el Dr. José Francisco Torrealba realizó en Zaraza, el primer despistaje de la enfermedad de Chagas en Venezuela. Luego de arduos años de trabajo, fundó en 1942 en San Juan de los Morros el Centro de Investigaciones de la Enfermedad de Chagas.

Practicó los primeros Exámenes Coprológicos en Zaraza y demuestra un importante Poliparasitismo. Realizó Necropsias de ley para indagar la muerte súbita de los habitantes de estos pueblos. También examinó bovinos para diagnosticar anaplasmosis. Demostró la presencia de T (S) Cruzi en especies de reduvideos transmisores: Rhodnius Prolixus, Triatoma Maculata, Panstrongilus Geniculatus y en mamíferos reservorios domésticos y silvestres. Comparó la incidencia de infección por T(S) Cruzi y T.Rangeli en el Distrito Roscio y describe el primer caso agudo de Tripanosomosis Rangeli en Venezuela. También comprobó el T Barnolai en un mono de Venezuela y el T Itriagoi en un roedor Dasyprocta especie Venezolana.

Trabajó con la preparación y aplicación de Extractos de Protozoarios. Se dice que publicó tres trabajos científicos de gran fama internacional, pero la que conquistó mayor jerarquía y renombre fue su obra " Xenodiagnóstico de la Enfermedad de Chagas " la cual fue traducida a varios idiomas.
En 1950 publicó un libro titulado: Pequeños apuntes sobre algunas familias del Oriente del Guárico y de Zaraza. Torrealba decía:" Hay que leer y releer, aprende a escuchar, observa, examina, palpa, percute, ausculta. Piensa en las enfermedades y búscalas, pero si no sabes que existen ¿Como pensar en ellas?

Escribió Voces para Sordos en 1958 obra auspiciada por el Gobierno del Estado Guárico, Canto de Guacabas y otros escritos en 1960. Publicó más de veinte obras sobre diversos tópicos de interés medico y sociológico. Recibió numerosas distinciones: Premio Vargas, Brault otorgado por la Academia de Medicina de Paris, Orden del Libertador Grado Comendador, Aplauso al Merito de la Creole Petroleum Corporation, Profesor Honorario de la de la Facultad de Medicina de la ULA, Miembro Correspondiente de la Academia Nacional de Medicina, Miembro de The Royal Society of Tropical Medicine and Higiene de Londres, Hijo Ilustre de Santa María de Ipire, Orden Andrés Bello (post morten) en la clase banda de honor.

“Este insigne medico quien tomó la salud como meta, la humildad como condición y la sabiduría como arma, murió en el Hospital Militar a los 77 años de edad el 24 de Julio de 1973 a causa de una Trombosis Cerebral.” 

En una próxima entrada, colocaremos algunas de las anécdotas del Sabio Torrealba

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